¿Fotógrafo de Aves o papparazzo?

Principios Éticos para Fotografía de Aves

No es solo lo que hacemos, es cómo lo hacemos. No me refiero aquí a técnica fotográfica. Me refiero a los principios éticos para la fotografía de aves.

El punto es, somos fotógrafos de aves, no papparazzi. No es aceptable imponernos sobre nuestros sujetos a cualquier costo. Especialmente no es aceptable por la única razón de hacer dinero. El bienestar de nuestros sujetos debe estar siempre al tope de nuestra lista de prioridades, exactamente al contrario del estilo de los papparazzo. Un estilo por cierto que, al menos en mi opinión, tampoco se justifica al fotografiar personas.

Así que somos fotógrafos de aves y como tales debemos conciliar dos metas aparentemente contradictorias: fotografiar huidizas aves silvestres y hacerlo sin perturbarlas ni afectar su hábitat en el proceso.

Parte de esa ecuación se resolverá por si misma. Los pájaros rápidamente nos harán entender que si los molestamos se alejarán y se abstendrán de aproximarse. También nos enseñarán a caminar cautelosamente y evitar mirarles directamente, pues son sensibles a la línea de visión de otros animales y detestan especialmente ser el foco de atención de antropoides como nosotros. Aprenderemos por lo tanto a acercarnos en zig-zag, paso a paso, intentando no hacer ningún ruido mientras las ramas y hojas crujen bajo nuestros pies, deteniéndonos cuando sentimos que no es prudente acercarse más. Aprenderemos también a no levantar rápidamente nuestra combinación de lente y cámara para que no piensen que les apuntamos con un arma. Cosa que parecen pensar de todos modos.

Otra parte de la ecuación se resuelve dejándola en manos del sentido común. Quizás soy ingenuo, pero prefiero pensar que cualquier persona con suficiente sensibilidad ante la naturaleza como para salir a observar aves entiende que no puede dejar nada detrás, ¿correcto? Me refiero a basura, colillas de cigarro, goma de mascar, nada. ¿CORRECTO?

Pero aún así necesitamos una guía específica de principios éticos para Fotógrafos de Aves. En efecto tales guías existen y deberían ser lectura obligada para todos nosotros. Quiero compartir aquí dos interpretaciones ampliamente aceptadas de esos principios éticos. Son puntos sólidos de partida para adentrarse en un tema que no es tan blanco y negro como podría pensarse.

La Asociación Americana de Observación de Aves publica el documento “American Birding Association Principles of Birding Ethics» y propicia su distribución gratuita. La normativa de ABA es seguida por muchos grupos de observación de aves en EEUU y otros países. Compartimos aquí el link (solo disponible en Inglés).

ABA PRINCIPLES OF BIRDING ETHICS.

La Asociación Norteamericana de Fotografía de la Naturaleza (NANPA) también publica el documento de una página (disponible solo en inglés), titulado NANPA Principles of Ethical Field Practices (sitio web en nuestra sección de Links).

NANPA ETHICAL FIELD PRACTICES

Por favor lea los documentos. No tardará tanto. 🙂

¿Listo? ¡Bien! Si realmente los leyó habrá notado varias ideas comunes.

* Evite perturbar a la naturaleza.

* Aprenda sobre comportamiento animal para evitar perturbar sus ciclos vitales.

* Manténgase alejado y utilice lentes de distancia focal más larga cuando sea necesario para no perturbar excesivamente a las aves.

* Respete las leyes del lugar y respete a los demás.

* Use el sentido común, trate a la naturaleza y a los animales tomando en cuenta que usted es un huésped en la casa de ellos.

* Promocione el bienestar de las aves y de su medio ambiente.

La lista de la ABA va un poco más allá que el documento de NANPA y considera también la necesidad de limitar el uso de métodos para atraer aves (comida, llamadas), limitar al mínimo el uso de iluminación artificial y especialmente mantenerse a distancia de los nidos y colonias de anidación.

¿Qué tan cerca es demasiado cerca?

¿Cómo interpretamos y ponemos en práctica correctamente estos principios éticos básicos? Las situaciones no son siempre las mismas. Algunas especies de aves son más tolerantes a la presencia humana que otras, e incluso miembros de la misma especie exhiben comportamientos y niveles de tolerancia diferentes. Las aves en parques públicos pueden acostumbrarse tanto a la presencia humana que permiten acercamientos sin sentirse perturbadas. Las aves también se comportarán de manera distinta durante las épocas de apareamiento y anidación.

Las aves son animales de costumbres, por lo que un pájaro que visita nuestro jardín todos los días a la misma hora puede proveernos con la oportunidad de elegir una posición ventajosa antes de su llegada e incluso permitirnos cierto grado de familiaridad. Probablemente el mismo hecho de venir a nuestro jardín indica que se trata de un individuo con mayor tolerancia a los humanos. ¿Cómo interpretamos todos estos signos?

Los fotógrafos profesionales de aves, particularmente quienes trabajan como parte de equipos científicos o quienes son científicos por derecho propio, van ganando su rango progresivamente hasta obtener la experiencia que les permite determinar cuándo están demasiado cerca y cuáles pueden ser las consecuencias de su interacción con la naturaleza. Estudian el comportamiento animal y actúan de manera acorde. Los biólogos con frecuencia manipulan a los animales a efectos de investigación o control, incluso haciendo cosas que están definitivamente vedadas al resto de los mortales comunes, como por ejemplo manipular nidos y sus contenidos. En ocasiones incluso se sacrifican especímenes en nombre de la Ciencia, es un hecho que las ciencias biológicas no habrían llegado a donde están sin el horripilante arte de la vivisección.

Pero en esos casos hablamos de científicos, quienes presumimos saben lo que hacen y además cuentan con la supervisión de un sistema organizado de evaluación entre colegas (peer-review). Consideremos lo siguiente: “Las investigaciones que requieran de técnicas de vivisección al no poder realizarse por otros métodos con frecuencia son sujetas a revisión ética externa en cuanto a su concepción e implementación, y en muchas jurisdicciones el uso de la anestesia es obligatorio para cualquier cirugía que pueda ocasionar dolor a cualquier vertebrado”. (Fuente: Wikipedia).

¡Oh no! ¡Más dilemas éticos!

Preguntemos a un científico sobre asuntos de ética. Encontraremos que tienen que enfrentarse a esos temas constantemente y a niveles profundamente personales. No son temas que se vean siempre claramente en blanco y negro. Durante nuestra entrevista a la oceanógrafa Sylvia Earle, ella misma puso sobre la mesa esos temas al mencionar cómo, a fin de difundir su evangelio conservacionista, parte fundamental del cual tiene que ver con la necesidad de evolucionar más allá de nuestra sed insaciable de combustibles fósiles, ella misma tiene que viajar constantemente en grandes aviones comerciales que consumen miles de litros de esos combustibles fósiles. Su misión es de gran importancia pues se trata no solo de un científico del más alto nivel sino también de una gran comunicadora con un profundo conocimiento y amor por la naturaleza. Su calificada mente debe entonces sopesar ambos lados de la contradicción, buscar el balance y actuar consecuentemente.

“Creo que hay grandes razones para la esperanza”, me dijo la Dra. Earle. “Porque las personas, cuando saben, se preocupan. No pueden preocuparse si no saben. En el tiempo de mi propia vida se ha expandido nuestra habilidad para comunicar la naturaleza del mundo y de nuestro lugar en él. Por lo tanto hay causa para el optimismo incluso mientras vemos cómo se deterioran muchas cosas que son críticas para nuestra supervivencia y la de lugares que amamos”.

De modo que allí está: por un lado la contaminación generada por aviones, una cosa muy tangible, por otro la comunicación en pro del mundo natural, algo no tan tangible pero con efectos muy reales. En consecuencia, la Dra. Earle decide viajar y vuela en un gran avión.

Los fotógrafos y cineastas profesionales también se enfrentan a dilemas éticos. A veces son puestos bajo la lupa por utilizar diversos métodos para capturar las imágenes espectaculares que el competitivo mercado demanda. No todo el mundo está de acuerdo exactamente en lo que es o no comportamiento ético. Me tropecé con una candente discusión (en inglés) aquí, donde se expone el caso de un grupo de fotógrafos que arrojan ratones al aire y hacen ruido para lograr imágenes de lechuzas en su comportamiento depredador “natural”. Pueden encontrarse muchas otras discusiones sobre temas similares en internet.

Mientras más pensemos en estos temas, mejor. Podemos cometer errores simplemente por no conocer la metodología apropiada. Incluso al caminar con cuidado por la selva es fácil disparar el instinto de huída de las aves. Es posible de esa manera asustar a un ave y exponerla a la acción depredadora de otra especie, aunque no haya sido nuestra intención. ¡O sea que eso es lo que estaba haciendo, escondiéndose de sus depredadores entre los arbustos!, podríamos pensar después de ver al ave alejarse de nosotros sólo para ser capturada en vuelo por un ave de presa (no me ha pasado aún). En una situación como esa, el ambicioso pequeño fotógrafo que va parado siempre sobre mi hombro derecho probablemente me estimule a intentar capturar las imágenes de ese acto de depredación… si tan solo pudiese moverme con suficiente rapidez. ¿Debería hacerlo?

Volando se va. ¿O fui yo quien lo asustó?

Atención: ¡depredación en horario estelar! 

La depredación es la regla más básica de la naturaleza: comer o ser comido. Sus numerosas manifestaciones proveen a los observadores humanos oportunidades para documentar esos comportamientos, como lo evidencian las incontables horas de programación en Animal Planet, Discovery, NatGeo y otros medios similares. Probablemente no hay nada de malo en documentar tales conductas depredadoras. A menos, por supuesto, que nosotros las hayamos inducido o precipitado.

Pensemos por ejemplo en la tendencia actual en la TV dedicada a la naturaleza: va mucho más allá de acercarse a los animales para capturar su comportamiento natural. Nuestros biólogos y expertos televisivos con frecuencia imponen su presencia a los animales con considerable estrés para sus involuntarios sujetos. La audiencia se mantiene ávida de ver imágenes espectaculares del anfitrión humano inmerso en el reino animal, hablando a cámara en susurros excitados mientras se mantiene cara a cara con un peligroso depredador al cual ningún humano debería tener tan cerca… a menos que se haya convertido en su almuerzo. El enorme y peligroso cocodrilo, tiburón o culebra es luego liberado, y a pesar de haber sido perturbado por algunos minutos en manos de sus captores regresa en un instante a su rutina natural. O más bien podríamos decir, se aleja de nosotros rápidamente.

La mayoría de esos films no nos muestran qué sucede después con el animal en cuestión, aunque asumimos que estará bien. En lo personal a veces me siento impelido a gritar a la pantalla de TV: ¡Suficiente, ya déjalo en paz! Pero aún así es importante considerar la otra cara de la moneda: se puede argumentar con éxito que tales programas, muchos de los cuales cuentan con científicos dentro de su equipo de trabajo, ayudan a elevar la conciencia humana y nuestro interés en el planeta, educando a millones de personas sobre las maravillas de la naturaleza y la necesidad de preservarlas. Si es necesario molestar por un rato a un cocodrilo para educar millones de mentes y eventualmente ayudar a salvar a otros cocodrilos y criaturas, pues…  es un punto que se puede argumentar.

Cada fotógrafo toma su propia decisión

En mi caso no es mi intención pararme sobre un supuesto pedestal de superioridad moral, señalando aquí y allá y dictaminando qué puede hacerse o no. Pero si puedo invitarlos a plantearse la pregunta importante: ¿Cómo debe comportarse un fotógrafo que no cuenta con entrenamiento científico? ¿Cuál es el actitud correcta desde el lado humano de la ecuación?

Para mi lo más lógico y prudente es apoyarme en esos Principios Éticos y, en caso de duda, errar del lado de la prudencia. Desde mi punto de vista cada buena fotografía de vida salvaje que consigo hacer debe ser ante todo un homenaje a la Madre Naturaleza. Me interesa capturar imágenes del comportamiento natural de las especies, no de comportamientos causados por mi propia interferencia.

Habiendo dicho todo esto, siempre habrá más preguntas y mi meta es continuar aprendiendo a lo largo del camino. Nunca he utilizado métodos de llamadas para atraer aves y no tengo planes de hacerlo, pero uno podría preguntarse si hay una manera correcta de hacerlo.  ¿Se puede, por ejemplo, dispersar semillas para atraer a las aves? Tampoco lo he hecho pero es una práctica bastante común y posiblemente no tenga consecuencias negativas. ¿Dónde dibujamos la línea divisoria? ¿En qué punto intentar ser “puristas” enturbia nuestra mente más de lo que la ilumina?

Continuaré reflexionando sobre estos conceptos en un esfuerzo sostenido para evolucionar como fotógrafo de aves. Invito a los colegas fotógrafos y observadores de aves a hacer lo mismo. De momento continuaré siendo un animal “cazador en movimiento”, con mi gran ojo de vidrio y metal y mis intentos frecuentemente fallidos de hacerme invisible. Me gusta esa modalidad. también he descubierto el placer de sentarme escondido en un blind a esperar que las aves se manifiesten, indiferentes a mi presencia. Requiere paciencia pero puede ser muy gratificante.

Tampoco seré yo quien niegue que las buenas imágenes son triunfos personales para el fotógrafo detrás de la cámara.  Eventualmenten pueden incluso significar dinero en el banco. Pero fieles a nuestra filosofía en Ride Into Birdland, lo importante no es el destino, es el viaje. No es solo lo que hacemos, es cómo lo hacemos.

En caso de duda, o enfrentados con la tentación de poner nuestra foto por encima del bienestar del animal, simplemente me haré a mi mismo la siguiente pregunta:

¿Qué eres, Fotógrafo de Aves o papparazzo?.

I.G.H.

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2 respuestas a ¿Fotógrafo de Aves o papparazzo?

  1. Kevin dijo:

    Thanks for your perspective on the ethical bird photography debate. Up our way in British Columbia the topic of ethical bird photography has come to the foreground as our birders and photographers alike now race after our ‘hot ticket’ wintering species.

  2. IVAN GABALDON dijo:

    Thanks Kevin for your comment and for mentioning my post in the Birding in British Columbia forum, which I have found very interesting BTW. I read the responses to your post there. It needs to be an ongoing debate, I think. 🙂

    I.G.H.

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